- Un hablante nativo de inglés tiene ante sí la oración: “Pongo la mesa” y, gracias a sus leves conocimientos de español concluye que el infinitivo de ese verbo es “pongar”. Se sorprende cuando le dicen que es “poner”[1].
- Un hispanohablante con muchas ganas de aprender inglés descubre que las palabras thought, through, bough, though, rough, cough y thorough tienen todas y cada una de ellas una pronunciación diferente para la misma combinación de letras (ough).
Ambos dirían que el idioma que intentan aprender es difícil. ¿Cuál de los dos tiene razón? Quizás los dos. Los diferentes idiomas reflejan distintos patrones de pensamiento, reflejados en sus estructuras gramaticales, que han influido en la cultura a la que pertenecen. Por eso a los hispanohablantes se nos hace difícil, por ejemplo, “pensar en inglés”, que debe ser el objetivo de todo estudiante de un idioma ajeno al propio. A este respecto quizás encontremos más afinidad con idiomas como el italiano, el francés y el portugués, que al ser también derivados del latín comparten con el español muchas similitudes gramaticales.
Así que no es cierto que “los ingleses hablan al revés”, como cuando vemos que “auto rojo” se dice red car y no *car red. Sí es cierto que siguen una estructura diferente que responde a las necesidades de su idioma. Por mencionar un ejemplo, me resulta interesante que en inglés se puede modificar un sustantivo con solo añadir adjetivos ─e incluso otros sustantivos─ antes de este:
a fantastic big shinning new red German hybrid sports car[2]
Y además, los adjetivos no cambian, como en español, para concordar en género y número con los sustantivos que modifican. Esto tiene que ver con el carácter analítico del inglés.
Analítico o flexivo
Una lengua es analítica cuando sus palabras no tienen demasiadas variantes morfológicas. En contraste, las lenguas flexivas añaden (muchos) sufijos a las palabras para indicar elementos como género, número, tiempo, modo, etc. El inglés es un idioma analítico, mientras que el español es un idioma flexivo. Para entenderlo mejor, veamos esta comparación:
Se puede opinar que al no tener tantas conjugaciones, el inglés es más fácil. También se puede decir que el español es más práctico porque al ser específico en las conjugaciones no necesita mencionar a la persona (“Hablo español” en vez de “Yo hablo español”) ni seguir un orden estructural. Por mi parte, creo que estudiar páginas enteras de conjugaciones de verbos regulares (en español hay tres patrones de conjugación regular) e irregulares (la RAE enumera 59 modelos para la conjugación irregular) es más difícil.
Pronunciación
Aprender a leer en español es bastante fácil: se aprenden los sonidos de las consonantes y su combinación con las cinco vocales, algunas reglas de acentuación… y ya está. Podemos leer cualquier cosa que se nos ponga delante, aunque no entendamos su significado.
Pero en inglés no es tan sencillo. Los niños van a competiciones de deletreo y se considera que un adulto con educación básica no sabe deletrear palabras poco comunes[3]. Hay algunas reglas generales que indican los sonidos más habituales para ciertas combinaciones de letras, pero no son exclusivas. Existen motivos para esto y están relacionados con la historia del inglés y los numerosos aportes lingüísticos que ha recibido de diversas lenguas extranjeras. No por esto el inglés deja de sonar tan lindo, al menos para quienes nos gusta tanto. Tampoco es imposible aprenderlo. Millones de personas lo intentan y lo logran.
Cada idioma tiene sus retos, pero también sus encantos. Y vale la pena darle una oportunidad al idioma que más te gusta. Después de todo, “aprender un idioma, es tener una ventana más desde la que observar el mundo”.
¿Qué te parece? ¿Es más fácil aprender inglés o español? Dejá tu opinión, consulta o sugerencia en los comentarios. Si te pareció interesante, hacé clic en “Me gusta” y compartilo con tus amigos.
Hacé clic acá para obtener más información sobre cómo puedo ayudarte a obtener soluciones lingüísticas.
[1] https://www.youtube.com/watch?v=QOJ_FTWBOKY
[2] Los adjetivos antepuestos siguen un orden específico que se puede consultar en este enlace. La experiencia me dice que el uso de modificadores acumulativos aparece frecuentemente en las redacciones en inglés, con diversos niveles de complejidad, y son un verdadero desafío para los traductores, que procuramos no excedernos con las preposiciones en el traslado al español.
[3] Por ejemplo:
2 thoughts on “El inglés… ¿más fácil que el español?”