Antes de llegar a los avances científicos de la actualidad, hubo un largo historial de personas que se dedicaron a la investigación, valiéndose de los recursos disponibles en cada época, y pusieron por escrito sus conclusiones y descubrimientos. Pero algo fundamental en el avance progresivo de esos conocimientos fue la transmisión de una cultura a otra, de un idioma a otro.
Uno de los que (conocemos) que hicieron eso posible fue Gerardo de Cremona.
¿Hasta dónde llegarías por leer un libro?
Gerardo de Cremona nació en Cremona (Italia) en 1114. Estudió ciencia y filosofía en su ciudad natal [1]. Fascinado por la astronomía, leyó todo lo que tenía a su disposición sobre el tema. Pero no le alcanzó. Había escuchado hablar de Almagesto, de Claudio Tolomeo, astrónomo, matemático y geógrafo griego. Viajó a Toledo (España) porque sabía que podía encontrar esta obra entre las extensas bibliotecas de esa ciudad.
Y la encontró, junto con gran cantidad de libros clásicos grecolatinos y otras obras. Solo que estaban en árabe [2]. ¿Se volvería a Cremona? No. Aprendió árabe. Si al principio su intención solo era acceder a estos escritos, con el tiempo cambió su propósito y se puso a traducirlos.
Dedicación y colaboración
Gerardo de Cremona tradujo como mínimo unas 70 obras al latín, aunque hay quienes dicen que esta cantidad llegó al centenar. Además, es posible que trabajara en colaboración con otros traductores, o que algunas de las traducciones se hicieran bajo su dirección. De hecho, presidió la llamada Escuela de Traductores de Toledo en su apogeo.
Las obras se traducían a partir de originales en árabe y de traducciones del griego al árabe. Además de los libros de astronomía, tradujo textos de filosofía, álgebra, geometría, aritmética y medicina. Entre sus traducciones hubo obras de Aristóteles, Galeno y Avicena. De este último, por ejemplo, tradujo el Canon medicinae, “uno de los libros con más influencia en toda la historia de la medicina, hasta tal punto que, aún en el siglo XVII, seguía constituyendo una de las bases de la enseñanza médica en las universidades europeas” [3]. Por su parte, el Almagesto fue fundamental para el resurgimiento de la astronomía en Occidente.
Dificultades en la traducción
Tener que aprender en profundidad el idioma original como para poder traducirlo no fue el único problema con el que se encontraron Cremona y sus colaboradores.
Como suele pasar al traducir textos que contienen nuevos descubrimientos, los traductores tuvieron que resolver la falta de terminología específica. Uno de los recursos que usaron fue recurrir a la transliteración, es decir, representando los signos del sistema de escritura original (árabe o griego) con los signos del alfabeto latino. Así se introdujeron términos que incluso usamos en español hasta el día de hoy, como órbita, pupila y diafragma.
Sin duda, mediante la traducción del árabe al latín Gerardo de Cremona permitió el acceso a conocimientos científicos previos y contribuyó a que posteriormente se amplíen.
¿Y vos? ¿Qué opinás? Contame en los comentarios. Si te gustó el artículo, ¡compartilo!
Hacé clic acá si querés saber cómo puedo ayudarte a obtener soluciones lingüísticas.
Fuentes consultadas
Universidad de Castilla-La Mancha. < https://blog.uclm.es/premiogerardocremona/>. [Consulta: 11 de agosto de 2021].
Biografías y vidas. <https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/tolomeo.htm>. [Consulta: 12 de julio de 2022].
Albi Romero, G.; Riera Palmero, J. “El avicenismo renacentista en la Universidad de Salamanca”, Llull: Revista de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas, ISSN 0210-8615, Vol. 27, Nº 60, 2004, págs. 705-746.
Ferre Cano, L. “Avicena hebraico: la traducción del Canon de medicina”, Revista de la Universidad de Granada, Vol. 52 (2003), Artículos, Páginas 163-182.
Laín Entralgo, P. Historia de la medicina. Barcelona, Salvat Editores S. A., 1978 [págs. 197, 198].
Encyclopædia Britannica. <britannica.com>. [Consulta: 11 de agosto de 2021].
Arráez Aybar, Luis Alfonso y Bueno López, José Luis y Raio, Nicolas (2021). “La Escuela de Traductores de Toledo y su influencia en la terminología anatómica”. Disputatio. Philosophical Research Bulletin, 10 (19). pp. 21-33. ISSN 2254–0601
Díaz, A. B. “La ‘mal llamada’ Escuela de Traductores de Toledo medieval”. Tulaytula: Revista de la Asociación de Amigos del Toledo Islámico, ISSN 1575-653X, Nº. 16, 2012, págs. 40-51.
Créditos de las imágenes
El Canon de medicina de Avicena, por rosefirerising, tiene licencia CC BY-NC-ND 2.0.
Avicena (Ibn Sina) II, por night_eulen tiene licencia CC BY-NC-SA 2.0.
Avicena: Canon Medicinae. Venecia: Petrus Maufer de Maliferis et Socii, 1486, por University of Glasgow Library, tiene licencia CC BY-NC-SA 2.0.
[1] Hay mucho sobre la vida de Gerardo de Cremona que no se sabe con certeza. Lo que se afirma en este artículo son las conclusiones más probables según los escritos de sus discípulos y asociados, según se mencionan en las fuentes consultadas mencionadas.
[2] Los árabes se habían dado a la tarea de traducir las obras clásicas griegas a su lengua, y además las expandieron con sus propias investigaciones.
[3] Girón Irueste, F. “La medicina árabe medieval”, Panace@, vol. XX, n.º 50. Segundo semestre, 2019, págs 56-76.