¿Sabés cómo se dice libro en griego? ¡Seguro que conocés la palabra! Para ver cuál es, vamos a ver el origen de libro y de otras palabras relacionadas.
Del papiro a la imprenta
El libro tiene mucha historia. Los primeros escritos eran grabados en materiales como la arcilla y la madera. Los romanos llamaban liber a la parte de adentro de la corteza de los árboles, que usaban como material para escribir. De ahí viene el español libro. En otras lenguas romances, el término es muy similar, excepto en rumano (carte, del griego antiguo χάρτης [khártēs, papel]). De forma similar, el inglés book y el alemán Buch vienen del protogermánico bokiz, que hace referencia a la madera de haya (inglés beech, alemán Buche) sobre la cual se inscribían las runas.
Los egipcios aprovecharon la abundancia de una planta que crecía a orillas del río Nilo para crear una lámina de escritura que era más flexible que la madera o la piedra. Los griegos lo llamaron παπυρος (pápyros). Pasó al latín como papȳrus y llegó al español como papel a través del catalán paper y al inglés como paper a través del francés papier.
Con el tiempo se usaron también pieles de animales, como la vaca, que se pulían y estiraban para escribirlas o pintarlas. Son los pergaminos (literalmente “de Pérgamo”, ciudad de la antigua Grecia donde se preparaban las pieles) y las vitelas (del latín vitella, diminutivo de vitŭla, ternera; se puede ver la similitud con vitel toné 😋).
Hacia el siglo primero, los cristianos idearon un nuevo formato para facilitar el acceso al texto. Consistía en un par de tablas entre las cuales se colocaban papiros doblados o pergaminos cortados que se cosían y se escribían de los dos lados. Se lo llamó códice, de codex (del caldeo caudex, “tabla”), que se refería a las tablas enceradas que usaban los romanos para escribir.
Todos estos materiales se escribían trabajosamente a mano (eran manuscritos) hasta que Johannes Gutenberg creó la primera imprenta a mediados del siglo XV. Del latín imprimere (hacer presión, dejar huella) vienen imprimir, impresionante e impresión. Está relacionado con el verbo latino premere (presionar, apretar), del que vienen palabras como comprimir, deprimir, exprimir, reprimir, oprimir, suprimir y otras terminadas en -primir.
Libros legendarios
Leer y leyenda tienen el mismo origen. El latín legere significaba recoger, cosechar, escoger. Más adelante se le dio el sentido de cosechar con los ojos, leer. Una forma de este verbo, legenda, era algo para ser leído, lo que se debe leer.
Se ve que en la Edad Media se leía mucho sobre las vidas de personas consideradas santas. Estas contenían relatos con hechos no del todo comprobados y algo de fantasía, que le fue dando a leyenda el sentido de narración de sucesos fantásticos. En tiempos recientes, empezó a aplicarse el término legendario a personajes que se destacan en alguna actividad.
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Muchos libros
Pero ¿cómo se dice libro en griego? βιβλίο (vivlío). La palabra griega se origina de la ciudad de Biblos (actual Líbano), de donde se exportaba el papiro. El plural [τὰ] βιβλία, los libros, dio nombre a Biblia, que es un conjunto de libros sagrados[1].
De la palabra griega para libro junto con el sufijo -teca (del griego θήκη, thḗkē), lugar donde se guarda algo, viene biblioteca. Al parecer, hacia el siglo XV se usaba también el término librería en el mismo sentido de lugar donde se guardan libros. Algo parecido ocurrió en francés con los términos bibliothèque y librairie. De este último viene el inglés library, que se refiere a biblioteca, en contraste con bookshop o bookstore, literalmente negocio o tienda de libros.
A fin de cuentas, hablamos griego y ni nos damos cuenta.
Qué cosa más sorprendente es un libro. Es un objeto plano, hecho de un árbol, con partes flexibles en las que están impresos montones de curiosos garabatos. Pero, cuando se empieza a leer, se entra en la mente de otra persona; tal vez de alguien que ha muerto hace miles de años. A través del tiempo, un autor habla clara y silenciosamente dirigiéndose a nosotros y entrando en nuestra mente. La escritura es, tal vez, el más grande de los inventos humanos. Une a personas que no se conocen entre sí. Personajes de libros de épocas lejanas rompen la cadena del tiempo. Un libro es la prueba de que los hombres son capaces de hacer que la magia funcione. Carl Sagan
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Créditos de las imágenes
Papiro Chester Beatty VI; Texto hierático: tratado médico. © The Trustees of the British Museum. Compartido conforme con la licencia Creative Commons Atribución/Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0).
Hoja de códice de pergamino con dos columnas de texto en copto sahídico en cada lado (34 líneas). Contiene un fragmento del libro de Jeremías (Jer. 22:4-20). © The Trustees of the British Museum. Compartido conforme con la licencia Creative Commons Atribución/Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0).
Fuentes consultadas
Soca, Ricardo. La fascinante historia de las palabras. Buenos Aires, Interzona Editora, 2011.
Ortega, Virgilio. Palabralogía. España, Grupo Planeta, 2014.
Diccionario Etimológico Castellano en línea. <etimologias.dechile.net>. [Consulta: 26 de diciembre de 2024].
Online Etymology Dictionary. <etymonline.com>. [Consulta: 5 de abril de 2025].
RAE. Diccionario de la lengua española. <https://dle.rae.es/>. [Consulta: 5 de abril de 2025].
Cita de Carl Sagan en español. <https://soybibliotecario.blogspot.com/2016/11/que-es-un-libro.html>. [Consulta: 6 de marzo de 2025].
[1] Como mencioné en este artículo, en español no se hace diferencia entre b y v como en otros idiomas. Sí se hace en inglés (cf. bet/vet) y en griego. En este último, la letra beta (β) se pronuncia como el sonido /v/ del inglés, mientras que la combinación de las letras mi y pi (μπ) forman el sonido /b/.

